Con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones, los mercados globales se ven inmersos en una creciente incertidumbre política. Los inversores, acostumbrados a la volatilidad que caracterizó su mandato anterior, empiezan a recalcular sus estrategias de inversión. En este clima, los activos refugio como el oro (Ticker AT: GOLD) vuelven a ser una opción atractiva. El oro, históricamente percibido como un refugio ante situaciones de riesgo geopolítico y económico, podría verse impulsado por esta incertidumbre. Los inversores, al buscar seguridad, podrían aumentar sus posiciones en el metal precioso, especialmente si los mercados anticipan un escenario económico más inestable bajo la presidencia de Trump.
El máximo histórico del oro se encuentra en los 2789,89 dólares, y actualmente, la zona de negociación se encuentra entre los 2641 y 2604 dólares. El punto de control (POC) del oro se ubica cerca de los 2700 dólares, lo que indica un rango alcista a largo plazo. Sin embargo, en la actualidad, el precio se encuentra en la parte baja del canal, lo que podría sugerir un posible rebote o una mayor consolidación en este nivel.
Por otro lado, el Bitcoin (Ticker AT: BTCUSD), que ha emergido en los últimos años como una alternativa al oro, podría experimentar una dinámica diferente. Aunque no está tan estrechamente vinculado a la política como el oro, el BTC podría beneficiarse de las políticas monetarias expansivas. Con la Reserva Federal manteniendo las tasas de interés en niveles bajos o sin cambios, el Bitcoin se percibe por muchos como una cobertura contra la inflación, y un refugio digital frente a las políticas fiscales expansivas. En este sentido, los inversores podrían ver en el Bitcoin una oportunidad para diversificar y proteger su capital, lo que podría llevar a un aumento de su demanda.
El máximo histórico de Bitcoin se alcanzó en los 99,733.21 dólares, y su última zona de negociación se encuentra entre los 93,811 y los 84,568 dólares, con un punto de control (POC) situado en los 90,853 dólares. La estructura de Bitcoin se mantiene predominantemente alcista, lo que indica que el activo sigue mostrando un potencial de crecimiento. En este contexto, es posible que el BTC continúe su ascenso, especialmente si los inversores buscan refugio en activos no tradicionales, como las criptomonedas, frente a un entorno de tasas bajas y políticas expansivas.
Al mismo tiempo, el inicio del rally navideño impulsa la actividad en los mercados financieros. Tradicionalmente, este período está marcado por un aumento en los flujos de inversión, con muchos buscando rendimientos adicionales antes de finalizar el año. El oro podría beneficiarse de esta tendencia, atrayendo a aquellos que prefieren la estabilidad y seguridad durante esta fase de alta volatilidad. No obstante, el Bitcoin, con su naturaleza más especulativa y su capacidad de generar grandes rendimientos, podría captar la atención de inversores más arriesgados, buscando aprovechar los movimientos rápidos del mercado.
En cuanto a la relación entre ambos activos, la correlación entre el oro y el Bitcoin ha sido tradicionalmente débil, pero en tiempos de crisis económica o incertidumbre política, podrían moverse en direcciones similares. Ambos activos, aunque de naturaleza diferente, comparten un atractivo común en un entorno de tasas bajas y creciente deuda pública. La percepción de que tanto el oro como el Bitcoin actúan como refugios contra la inflación y la depreciación de las monedas tradicionales podría hacer que ambos experimenten un impulso simultáneo.
Sin embargo, en otros momentos, podrían moverse de forma inversa. Mientras que el oro se beneficiaría de un entorno de incertidumbre política y económica, el Bitcoin podría destacar si los inversores consideran que la política monetaria expansiva será más beneficiosa para las criptomonedas en términos de mayor demanda de activos no tradicionales.
En conclusión, el comportamiento del oro y el Bitcoin en este contexto dependerá de cómo los inversores perciban el riesgo asociado a la presidencia de Trump y las decisiones de la Fed. En un escenario de alta incertidumbre y políticas expansivas, tanto el oro como el Bitcoin podrían ver un aumento en su demanda, aunque cada uno podría ser favorecido por factores diferentes. La dinámica entre estos dos activos podría reflejar no solo una búsqueda de refugio, sino también una apuesta a largo plazo frente a un futuro económico impredecible. Ion Jauregui – Analista ActivTrades
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